sábado, 29 de noviembre de 2014

Preparando una prueba

El tipo de pruebas que elaboro para mis alumnos están muy condicionadas por el contenido que vaya a evaluar. Salvo que se trate de un ejercicio de análisis sintáctico, en cuyo caso no hay mucho que pensar, procuro combinar preguntas más sencillas, que solo requieran recordar cierta información o localizarla en un texto, con preguntas más elaborados que supongan utilizar lo que mis alumnos saben para resolver la cuestión en sí. En estas suelen fallar más a menudo, dado que uno de los defectos de los que adolece nuestro sistema educativo es ofrecer al alumno preguntas que no les exigen reflexionar sino simplemente "desembuchar" lo memorizado. 

En cuanto al tipo de preguntas que suelo evitar, reconozco que jamás empleo preguntas de elección múltiple porque en Lengua castellana procuramos favorecer la expresión escrita lo más posible. Sin embargo, tras el análisis de muchas de las preguntas PISA liberadas, he descubierto que para el trabajo de la competencia lectora es muy positivo este tipo de ítems que obligan a discriminar entre varias opciones en ocasiones similares y que para ello el alumno debe prestar mucha atención a implicaciones o sobreentendidos en la redacción de las respuestas. Es probable que recurra a ellas en adelante. 

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